domingo, 20 de mayo de 2012

Pequeños placeres

 Hoy me voy a referir a esos momentos que hacen más agradable nuestra vida.
Algunas veces solo duran unos segundos, pero su recuerdo nos acompaña el resto de nuestra existencia y marca pautas para futuras experiencias.
La primera vez que leímos un periódico en voz alta, para que nuestros padres se sintieran orgullosos.
La primera vez que desplazamos nuestra lengua por la fría y dulce superficie de un helado, cada vez que lo hacemos con en el primero del verano, sentimos la misma sensación.
Una taza de café caliente una fría mañana..... mientras esperamos el tren o el avión. Para acompañar una charla amistosa....o una discusión.

 Sentarnos en un parque a mirar el estanque de los cisnes, mientras la brisa cálida nos adormece y esperamos tranquilas la puesta del sol. Mirar los ancianos con sus gestos lentos al hablar, recordando tiempos pasados.
 Caminar tomados de la mano sin rumbo fijo, disfrutando de los aromas de la floras, las risas de los niños, el canto de los pájaros.......
Leer la carta de una amiga manuscrita en la lejanía y darnos cuenta que la distancia no enfría las relaciones sino que idealiza los momentos pasados.

 Juntar flores silvestres con nuestra hija o nietos y decorar la habitaciones en primavera.

 Entrar en un librería y oler los distintos aromas de los libros nuevos y viejos. Tocarlos, sentir el tacto liso y aveces rugoso. El sobre borde de las letras. Llevarnos uno o dos para leerlos a la luz de una lámpara tapadas con una manta en invierno, en la cama o en el jardín de nuestra casa.
También en un parque, tendidas sobre una colcha bajo la sombra de un sauce.


Comer un cono de castañas o patatas por la calle, mientras miramos escaparates .Sentarnos a alimentar las palomas.

 Abrir nuestra casa en una noche de verano para recibir a nuestros amigos.
Desperezarnos en la cama, mientras vemos el primer rayo de sol y sentir en nuestra piel el suave roce de las sábanas.Puede que vengamos o vayamos a un gran placer.
 Preparar a escondidas un regalo sorpresa.
 Entrar en una pastelería y comprar un bollo que iremos comiendo por el camino, haciendo equilibrio con las bolsas y la cartera.
 Ir a la estación, para recibir a alguien que tenemos muchas ganas de ver.
 Caminar bajo la lluvia, con calma.
Pescar un chaparrón imprevisto y calarte hasta los huesos, sintiendo el agua fresca deslizarse por tu piel caliente.
 Caminar muy temprano por el parque, sin haberte acostado, con traje de fiesta y ver los ancianos mirarte con unos ojos dulces y cómplices.Oler  el aroma a pan y bollos,recién horneados que sale de las confiterías
 Detenerte a escuchar unos músicos callejeros, que te sorprenden por su buen nivel.
 Un paseo en barca....siempre un placer
Playa, playa de todas las formas, menos la llena de domingueros.
Acariciar la piel de un bebé. Sentirla en nuestros labios.
Morder una fruta madura

Pequeños placeres. Muchos acompañan a otros grandes, preceden a los grandes.
 Demasiados para enumerarlos.
Todos los podemos disfrutar....solo se necesita usar los sentidos y darle un respiro a la razón.
Me gustaría que se llenara esta entrada con vuestros pequeños placeres.
Compartamos ese minuto, esos segundos, esa eternidad, para descubrir nuevas sensaciones.
Un abrazo......otro de los pequeños placeres.
Gracias por estar aquí